Turismo

María de los Ángeles Huízar Sánchez
Profesor Investigador Titular A del Centro Universitario de la Costa. Lic. en Turismo con Doctorado en Ciudad, Territorio y Sustentabilidad. Miembro SNI. Profesor con Perfil PRODEP.

Carlos Rogelio Virgen Aguilar
Profesor Investigador Titular C del Centro Universitario de la Costa. Lic. en Turismo con Doctorado en Ciencias para el Desarrollo Sustentable. Profesor con Perfil PRODEP. Premio Nacional de Educación Turística 2012 por AMESTUR.

1. El turismo como sector estratégico del estado de Jalisco

El turismo figura como una de las actividades económicas estratégicas del estado de Jalisco, cuya aportación al PIB estatal fue del 11.5% en 2019 y generó 102 mil 919 empleos a través de las 43 mil 410 unidades económicas del sector[1]. En este mismo año recibió 7,203,129 turistas nacionales e internacionales que generaron una derrama económica de 26,630.67 millones de pesos, contabilizados hasta el mes de septiembre[2].

Estos datos dan cuenta de la importancia económica y social que representa el turismo para la entidad, que se distingue a nivel internacional por integrar los elementos ícono con los que se reconoce a México en mundo: el tequila, el mariachi y la charrería. Guadalajara constituye la segunda ciudad de mayor tamaño en el país y un referente para el turismo internacional, así como Puerto Vallarta, el tercer destino de sol y playa, además de sus ocho Pueblos Mágicos, cuya economía descansa principalmente en este sector.

Frente a este panorama, se puede advertir el impacto que la pandemia por COVID-19 ha generado en el estado, especialmente en el turismo, una de las actividades más afectadas al paralizarse la movilidad internacional y nacional, así como los subsectores de transporte, alojamiento, consumo de alimentos y actividades recreativas.

2. Gestión de la crisis por COVID-19 en el sector turístico

La crisis generada por el COVID-19 es inédita, por ello no existen protocolos de actuación para afrontarla. En el caso específico del turismo su único antecedente global es la crisis pandémica generada por la influenza A (H1N1), que impactó a México en 2009 y generó grandes afectaciones a este ramo; a diez años de distancia, los destinos turísticos nacionales apenas se recuperaban, pues recién habían alcanzado los niveles de afluencia de turistas y porcentaje de ocupación hotelera de tiempos anteriores a la influenza.

Ante la presente pandemia global, los gobiernos e instituciones públicas y privadas se vieron rebasados para atender la crisis actual, sin embargo, es necesario resaltar que, desde el primer momento, todos se han involucrado en la búsqueda de soluciones desde su ámbito de competencia.

Los prestadores de servicios turísticos en específico, atendieron y orientaron a los usuarios ante la oleada de cancelaciones de servicios turísticos, impulsándolos a posponer sus viajes para que, de esta manera, se mitigaran los efectos adversos inmediatos; asimismo, brindaron atención y servicio a los turistas que quedaron atrapados debido al proceso, no obstante, su cierre fue impostergable.

Actualmente, la mayoría se encuentra analizando los protocolos internacionales que marcarán la pauta a seguir para el turismo y afinando las estrategias de apertura de las empresas, con la esperanza de superar una crisis de la que no todos van a salir avante.

Por su parte, la respuesta general de los turistas ante la crisis se centró en la cancelación y en el intento de recuperación de los recursos invertidos en los viajes y la experiencia turística, sobre todo, ante el pronóstico de una recuperación económica de largo plazo, así como a los factores asociados al riesgo de viaje y el temor a la enfermedad.

Es importante señalar que las instituciones públicas en las que recae la responsabilidad de la planificación y gestión del turismo, no tuvieron una respuesta inmediata a la crisis acorde a la importancia de este sector, ya que hasta el momento no queda claro cuál será la estrategia a seguir para su recuperación.

3. Escenarios tendenciales

La comparativa entre el ámbito internacional y las tendencias en México hacia los próximos años, es el enfoque prospectivo que más nos interesa definir. En este ejercicio, que analiza y reflexiona sobre diversos factores, los resultados determinarán cómo influirá el turismo en el país en los próximos años, de acuerdo al comportamiento económico, poblacional, ambiental y tecnológico que se presente en cada ámbito social.

Las vertientes que deben ser analizadas son la economía, desarrollo humano, estilos de vida y valores, sustentabilidad ambiental, cambio climático, competitividad y la actual contingencia que se vive a nivel mundial.

a. Acciones en el corto plazo

Todos los prestadores de servicio se encuentran fuera de línea. Es importante destacar que muchos turistas no piensan viajar sin la seguridad de que los lugares que visitan, así como las actividades recreativas que hacen en el destino y las opciones disponibles para transportarse de su residencia a su lugar de vacaciones, cuentan con el 100% de medidas de salud. Aunque no puede afirmarse que no viajarán por no existir estas medidas, será necesario buscar las alternativas correctas para que el turista se anime a viajar y se sienta seguro, ofreciendo el destino con precios atractivos, pero sin abaratarlo.

Por el momento, la mayoría de los países trabajan en la generación e implementación de protocolos que marcarán la “nueva normalidad” post COVID-19, y a pesar de ser muy temprano para construir predicciones, la incertidumbre que impera en el ámbito internacional ante el cierre de fronteras internacionales, el retraso en la apertura de los sitios turísticos en la mayoría de los países y el temor a la enfermedad conducen a un escenario más favorable para el turismo interior en espacios menos masificados, situación que prevé un avance en los segmentos de turismo alternativo. Es necesario enfatizar que todas estas tendencias son solamente algunas ideas de lo que va a suceder, pero no se sabe con exactitud cuál será el resultado final.

Otro punto importante, es que en los planes de recuperación solamente se está considerando la recuperación empresarial y la situación de los visitantes, pero se han olvidado de todos los que trabajan para y por el turismo, y mucho más preocupante, la deuda social que incrementa la brecha entre las áreas turísticas y las de la población local.

Es necesario atender esta cuestión como parte de una solución integral a los impactos que genera el turismo.

Algo con lo que no cuenta México ni el estado de Jalisco es una estrategia para afrontar la contingencia en este sector, que indique qué es lo correcto hacer; lo ideal sería reinventar y reactivar la nueva realidad bajo un modelo más sustentable y ver sobre la marcha cómo surge o que resultados se van obteniendo. Será un proceso largo. La recuperación no se va a dar en uno o dos años, pues tardaremos de tres a cinco años tan solo para lograr los niveles que había en 2019.

b. Reacción en el mediano plazo

En un escenario de mediano plazo, la única certeza que se tiene es que las condiciones de higiene y salud serán permanentes y modificarán las prácticas turísticas actuales.

Para este fin, se están desarrollando diferentes medidas que inician con los nuevos protocolos para la operación de aeropuertos, empresas y sitios de interés turístico, hasta medidas más avanzadas como las propuestas de reconocimientos y certificaciones de destinos libres de COVID-19 (COVID-Free), medidas que serán un elemento esencial para la competitividad de las empresas y los destinos turísticos.

Sin embargo, la adopción de estas medidas representa un enorme reto para todos los actores involucrados en este sector, sobre todo, la implementación de acciones para reducir la masividad en determinados espacios públicos y privados de interés turístico, además de la inversión en acondicionamiento que se deberá hacer en las instalaciones y la capacitación de los trabajadores en medidas de higiene, seguridad y atención.

La recuperación será lenta y, mientras no se cuente con una vacuna contra el virus, la sensación de vulnerabilidad abrirá la puerta a nuevos productos, como la contratación de seguros de viaje que cubran el riesgo. La era digital que comenzamos desde hace algunos años, jugará un papel esencial en las estrategias de promoción, posicionamiento, análisis de tendencias y diseño de nuevos productos, además de incrementar los viajes virtuales.

En este proceso, los servicios turísticos que se ofrecen a través de plataformas cobrarán más importancia, debido a las facilidades para ofrecer servicios personalizados que permitan un mayor control en comparación con las grandes empresas.

Situación para la que ya se preparan las grandes corporaciones que operan mediante plataformas como Airbnb, Uber, entre otras.

Los principales organismos internacionales prevén un panorama complicado para el turismo en los próximos años, sin embargo, es una actividad que ha mostrado una extraordinaria capacidad de recuperación ante pandemias y crisis económicas. Estamos conscientes de que el proceso será lento, pero no imposible, y para ello se requerirá de la cooperación de todos los actores involucrados y creatividad para reinventarnos y lograr las metas esperadas.

4. Temas clave en la política turística

Algunos temas que deberán estar presentes en la política turística para guiar la recuperación de los destinos se enuncian a continuación:

  • Enfocar acciones para establecer un protocolo de salud que distinga a cada destino turístico, y que se pondrá en marcha en los próximos días antes de que los hoteles puedan reabrir sus puertas para recibir al turismo.

  • Las tarifas no deben reducirse, sino por el contrario, debe fomentarse el dar valor al producto, y en este contexto, el mayor valor será la higiene, la distancia y la apuesta por el turismo no masivo que deje una mayor derrama económica.

  • Se ha puesto sobre la mesa la disyuntiva de repensar en el quehacer cotidiano, los planes de desarrollo, las decisiones y el papel de los responsables de una de las actividades más importantes como es el turismo.

  • Es necesario reconocer la posición de la población residente, toda vez que al suprimirse la actividad económica, se ha paralizado todos los servicios turísticos; demostrando la solidaridad social.

  • El desenvolvimiento futuro dependerá de la pertinencia de los productos turísticos, tendrán que concentrarse los esfuerzos en su rediseño, donde la flexibilidad sería la prioridad número uno. La mayoría de los turistas no querrán reservar nada, sin garantía de que  podrán cancelarse fácilmente los servicios; igualmente es importante la seguridad y salud en la utilización de transporte público y el alojamiento; los seguros de viaje que cubran las pandemias y los servicios médicos en los establecimientos de hospedaje.

  • Hay que proceder con cautela y observar las consecuencias de anticipar el regreso a las actividades, como ha ocurrido en países asiáticos y europeos donde un rebote puede regresarnos al principio. Por otra parte, nuestros destinos pueden estar listos para reanudar, con júbilo y decisión las actividades, pero se depende  de que los emisores de viajeros abran sus fronteras y los ciudadanos tengan recursos para viajar por placer, especialmente los estadounidenses y canadienses.

  • Jalisco debe reorientar su oferta turística y mejorar la calidad de los servicios; apoyar la capacitación del capital humano. Se deben crear nuevos productos turísticos, impulsar el turismo doméstico y fomentar las visitas a Pueblos Mágicos, promoviendo la pernocta para aumentar el gasto promedio y la derrama económica.

  • Las nuevas estrategias deberán contemplar el romper con la estacionalidad de la demanda, para aprovechar mejor la oferta turística.

  • El estado de Jalisco debe aprovechar para rediseñar el futuro del turismo, tomarse el tiempo y reflexionar sobre qué tipo de destino quiere tener, qué tipo de turismo quiere atraer, qué relación quiere establecer con sus residentes, qué tipo de actividad social e impacto económico quiere generar y en qué tipo de organización necesita convertirse para que eso sea posible. 

La pandemia por COVID-19 trastocó nuestro estilo de vida al afectar los sistemas económico, social, cultural y ambiental en que se sustentaba. Cuando creíamos tener todas las respuestas a todas las preguntas, la crisis cambió todas las preguntas y nos dejó sin soluciones por el momento. Ahora las grandes preguntas son: ¿hacia dónde vamos? ¿cómo será la nueva normalidad? ¿cuál será el papel de turismo en esta nueva normalidad? Preguntas que solamente con el tiempo, una aguda observación y una continua generación de conocimiento y análisis podremos responder. Por el momento, el trabajo consiste en aprender de nuestros errores y proyectar para el futuro nuevas formas de turismo, más accesibles, equitativas y respetuosas del medio ambiente.