Seguridad Pública
Dr. Marcos Pablo Moloeznik
Resultados de la encuesta levantada por Estudios de Opinión, Actitudes y Valores del Centro de Estudios Estratégicos para el Desarrollo
1. Sobre las dos dimensiones de la Seguridad Pública
Durante la primera mitad de 2019 Jalisco se erige en la segunda entidad federativa donde se comete la mayor cantidad de delitos de alto impacto, sólo superada por el Estado de México. Cabe destacar que, siguiendo al Centro de Investigación para el Desarrollo A.C. (CIDAC), se trata de “aquellos que, por la gravedad de sus efectos y sus altos niveles de violencia, son los que más lastiman a las personas y contribuyen a formar una percepción de inseguridad y vulnerabilidad en la ciudadanía”.
El lector se encuentra así ante la seguridad objetiva, que responde a las estadísticas oficiales, y en las que se insertan ocho tipos delictivos que integran los denominados de alto impacto: homicidio doloso, secuestro, lesión dolosa con arma blanca, extorsión, robo con violencia a transeúnte, robo con violencia de vehículo y robo sin violencia de vehículo; y sobre los que se centran las políticas y estrategias en materia de seguridad pública.
En contraste, la más reciente encuesta a cargo del CEED de la Universidad de Guadalajara en su tabla de la página 6 se arroja una percepción ciudadana (seguridad subjetiva) que coloca a los robos sin violencia, riñas, amenazas, daño a la propiedad ajena y homicidios culposos como el principal problema identificado por la población (cerca de 40 por ciento de los entrevistados).
En tanto que solamente el 3 por ciento de las personas encuestadas identifica a los homicidios dolosos, secuestros, extorsiones, fraudes y robos con violencia como prioritarios.
Esto significa que mientras el gobierno central y el propio de Jalisco destinan la mayor parte de sus esfuerzos y recursos a la seguridad objetiva, en particular para hacer frente a la delincuencia organizada y en especial al narcotráfico; en el imaginario colectivo (seguridad subjetiva) la preocupación gira en torno a delitos cotidianos más cercanos al accionar de la delincuencia común, así como a la pérdida de vidas humanas que suelen presentarse como efectos de accidentes, en especial viales.
No obstante, de acuerdo a la tabla de la pág. 13, el 30.9 por ciento de los encuestados sí reconoce en la delincuencia organizada el principal factor que influye en el problema de seguridad pública que aqueja a su colonia o localidad, seguido por la corrupción con 20.1 por ciento.
Esto significa que poco más de la tercera parte de la población considera al crimen organizado como responsable de la comisión de los delitos que más los afecta, mientras que la quinta parte afirma que la debilidad institucional –de la mano de la corrupción– es el factor preponderante que explica la (in) seguridad pública. Esto último se traduce en la desconfianza en las autoridades, lo que se refleja en el hecho de que la mayoría de las víctimas de un delito encuestadas no realizó la denuncia por considerar que es una pérdida de tiempo.
2. La (in)seguridad pública como la suma de todos los males
Sin embargo, la sumatoria de: (a) los robos sin violencia, riñas, amenazas, daño a la propiedad ajena y homicidios culposos (próximo a 40 por ciento) ; (b) los homicidios dolosos, secuestros, extorsiones, fraudes y robos con violencia (3 por ciento); y, (c) pandillerismo, vandalismo y drogadicción (poco más de 7 por ciento), colocan a la seguridad pública como el principal problema percibido por la sociedad jalisciense (49.9 por ciento), prácticamente el doble de servicios públicos e infraestructura, que le sigue en orden de importancia.
Pero, al mismo tiempo, en el gráfico de la pág. 9 y la tabla de la pág. 10 se presenta un segundo contraste: el 53.8 por ciento de los encuestados afirman vivir seguros o muy seguros en su colonia o localidad y el 62.6 por ciento considera que en los últimos seis meses la seguridad pública sigue igual.
Esta opinión encuentra eco para los próximos tres años, al afirmar la mayoría de los entrevistados que la seguridad pública seguirá igual en el corto plazo.
Es decir, por un lado, se identifica a la (in) seguridad pública como el problema capital a resolver; y, por otro, se presenta un sentimiento de seguridad en la mayoría de la población. Lo que se ve reforzado al afirmar el 75.3 por ciento de los entrevistados (tanto él como quien reside en el mismo hogar) no haber sido víctima de un delito en los últimos seis meses de acuerdo a los resultados del gráfico de la pág. 16.
En este marco, el gobernador constitucional de Jalisco presenta una calificación aprobatoria en el desempeño que ha tenido hasta el momento en que se levantó la encuesta (62.3 por ciento), por encima de los presidentes municipales (58.9 por ciento) que se ubican ligeramente por debajo de la calificación aprobatoria, según lo mostrado en el gráfico de la pág. 26.
Como se muestra en el gráfico de la pág. 30, esto debería ser un toque de atención para las autoridades, puesto que la misma población ubica al municipio como el principal responsable de mejorar la seguridad pública en su colonia o localidad (39.6 por ciento), por encima de los órdenes estatal (12.7 por ciento) y federal (10.6).
Sólo una cuarta parte interpreta correctamente la letra y espíritu de la Ley Suprema de la Nación, al afirmar que se trata de una competencia concurrente y, por ende, responsabilidad que comparten los tres órdenes de gobierno.
Lo curioso es que 45 por ciento de los encuestados considera que la seguridad pública sí que ha empeorado en los últimos seis meses en el resto del país (Gráfico 4).
3. Focos rojos en la colonia o localidad
En los últimos seis meses la encuesta arroja en su tabla de la pág. 12 como resultado las siguientes situaciones percibidas como graves (muy grave / algo grave) en la colonia o localidad: venta y consumo de drogas (60.4 por ciento), consumo de alcohol en las calles (51.1 por ciento), robo de vehículos (46.8 por ciento), robo a casa habitación (46.6 por ciento), robo a negocios (46.1 por ciento), robo de autopartes (44.5 por ciento), y robo a transeúnte (peatón) (44 por ciento).
Entre 67 y 73 por ciento de los entrevistados reconoce que las adicciones (alcohol y drogas) se presentan como la situación más común en su colonia o localidad; las que, a su vez, encabezan la opinión negativa, por considerarse graves.
Entre el 53 y 57 por ciento de los mismos encuestados señalan al robo en sus diferentes modalidades como lo que sigue como situación dominante que se presenta en los últimos seis meses en su lugar de residencia; atribuyéndole también una opinión negativa.
La mayoría de quienes efectivamente fueron víctima de un delito en los últimos seis meses dijeron haber sufrido un robo/asalto en la vía pública, lo que coincide con los resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) que aplica el INEGI.
Por otra parte, aproximadamente una tercera parte de la población considera que el dominio de una cultura de la transgresión sumada a la falta de oportunidades para los jóvenes, explican el problema de la seguridad pública que aqueja a la seguridad pública en su colonia o localidad.
Entre las acciones preventivas mencionadas en la tabla de la pág. 14, para evitar ser víctima de un delito, destacan: no portar tarjeta de débito o de crédito, no ir solo a un banco o cajero automático, evitar guardar cosas de valor en el auto, tratar de no salir de noche, y no llevar joyas y relojes.
4. La guardia nacional como respuesta estatal
La gráfica de la pág. 19 muestra como el 53.3 por ciento de las personas entrevistadas reconocen haber escuchado hablar de la guardia nacional.
Al mismo tiempo, en el gráfico de la pág 20 se presentan altas expectativas sobre lo que cabría esperar de la misma: 27.3 por ciento la considera muy efectiva para combatir la inseguridad que impera en el país, a lo que se suma un 41.7 por ciento que la percibe como efectiva a dicho fin. Es decir, 68.9 por ciento tiene una opinión positiva sobre este novedoso instrumento estatal.
Esto explica también que un 41.4 por ciento expresado en la tabla de la pág. 29 consideré que el país va a mejorar en materia de seguridad pública en los próximos tres años.
En el gráfico de la pág. 23 se confirma que cerca de un 80 por ciento de los encuestados están de acuerdo o muy de acuerdo con que la guardia nacional opere en el Estado de Jalisco para combatir la inseguridad.
Es más, de acuerdo al gráfico de la pág. 24 aproximadamente un 67 por ciento de los jaliscienses considera que con la intervención de la guardia nacional la seguridad pública va a mejorar en la entidad.
Esta percepción se explica, en gran medida, por la aprobación en el desempeño que ha tenido hasta este momento el Presidente de la República en materia de seguridad pública por parte de la población de Jalisco (71.5 por ciento) según el gráfico de la pág. 26.